- 18 de agosto de 2023
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- Categoría: Noticias
La transformación tecnológica está redefiniendo la demanda de habilidades en el mercado laboral, exigiendo con mayor urgencia una fuerza de trabajo más preparada. La computación en la nube, las redes sociales, la economía colaborativa, los datos masivos y la inteligencia artificial llegaron para quedarse. Esto representa un gran reto para América Latina y el Caribe, la región del mundo con la mayor brecha de habilidades. Con la pandemia del COVID-19 estos rezagos se han hecho más evidentes, y la presión por flexibilizar y agilizar los sistemas de formación postsecundaria y la educación en línea va en aumento. Los métodos tradicionales de formación puramente presencial ya no son posibles, y tampoco pertinentes.
¿Cómo se ha transformado, y cuál es el panorama actual de la educación postsecundaria y de adquisición de habilidades laborales en la era de la transformación digital? La novena entrega de la serie El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe del BID, analiza las nuevas tendencias en la formación de habilidades en el nivel postsecundario, abordando las preguntas sobre el futuro de los modelos de educación, las nuevas ofertas de formación, la consolidación de los modelos educativos híbridos, y el efecto de la tecnología sobre las brechas y grandes desigualdades presentes en la región desde antes de la pandemia.
Aquí te contamos tres de esas tendencias, y las brechas que debemos revertir.
Tendencia 1: entrada de nuevos proveedores de educación y foco en habilidades digitales
A lo largo de América Latina y el Caribe, vemos un auge en el éxito de modelos de educación alternativos a los tradicionales, en donde los estudiantes desarrollan carreras de manera más flexible. Por ejemplo, el modelo cooperativo entre empleadores (como el modelo de Minerva) permite a sus estudiantes trabajar en el segundo y tercer año de su licenciatura, brindándoles un primer acercamiento a la vida laboral en base a un plan de estudio interdisciplinario que mezcla créditos académicos y de trabajo. También surgieron nuevos modelos en instituciones educativas, como Holberton, donde no se cobran costos de admisión ni de matrícula hasta que los estudiantes logran integrarse al ámbito laboral. Otros ejemplos de instituciones que ofrecen modelos innovadores son la Singularity University, y la Universidad de Louisville, que ofrece todos los cursos y certificaciones de Microsoft, Cisco, IBM, Google y Adobe para la sociedad de manera gratuita.
Tendencia 2: MOOCS, bootcamps y otros cursos de educación virtual.
La demanda por los cursos masivos abiertos en línea (MOOCs), los campamentos formativos o bootcamps, los cursos en línea pequeños y privados o abiertos, llegó a su apogeo a raíz de la pandemia y con la exigencia de habilidades digitales en los trabajadores, que crece de la mano con el auge de la economía digital en la región. Los proveedores privados de formación han logrado cubrir la demanda más rápidamente que las instituciones educativas convencionales. Organizaciones como Udacity, Udemy, edX, Coursera y Future Learners han creado una oferta de cursos enfocada a las empresas que requieren habilidades digitales en sus empleados y formación en línea. En la región tenemos los casos escuelas digitales muy exitosas como Platzi, Ubits, Crehana, Laboratorio, Coderhouse, Digitalhouse, Descomplica, y Sima Robot. Todas estas escuelas virtuales emergentes representan el potencial para lograr cerrar brechas, y poder construir una fuerza de trabajo que esté mucho más preparada en la América Latina y el Caribe.
Tendencia 3: vamos hacia la educación híbrida
En los últimos años, observamos grandes esfuerzos de innovación en las instituciones tradicionales de educación postsecundaria para cambiar sus formas de enseñanza. Destacan ejemplos como el del Tecnológico de Monterrey en México, donde se implementó el modelo Hyflex+Tec: una experiencia de educación híbrida y flexible, que combina cursos de manera virtual y presencial de acuerdo con las necesidades y preferencias de los estudiantes.
Esto va ligado a la necesidad de generar procesos formativos personalizados, donde se tengan en cuenta las carreras académicas flexibles y la necesidad de aprendizaje a lo largo de la vida de los trabajadores. Las credenciales digitales alternativas (CDA) están representando un nuevo camino para demostrar competencias y competir en el mercado laboral. Se espera también que las instituciones tradicionales ofrezcan trayectorias de aprendizaje más expeditas y flexibles en función de los intereses, el ritmo e independencia de cada estudiante de acuerdo con su edad y el curso.
Desafío: las brechas pendientes
A pesar de las tendencias y avances descritos, la región aún enfrenta importantes desafíos de acceso e igualdad hacia las personas de ingresos más bajos, y hacia las mujeres: la brecha digital de género implica que, así tengan acceso a herramientas digitales, no son muchas las que las utilizan para desarrollar nuevos conocimientos. Por otro lado, las tasas de matriculación se siguen concentrando en los estratos sociales más altos de la población. La educación postsecundaria continúa fuera del alcance de muchas personas en América Latina y el Caribe.
Además, persiste un sesgo de género en la matrícula de carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Esto representa una pérdida para la región, puesto que se ha encontrado que los trabajadores con empleos CTIM, tienden a tener menores niveles de desempleo y mayores salarios que sus contrapartes, incluso durante la pandemia del COVID-19.
Resulta indispensable entonces que las instituciones de educación postsecundaria y los institutos de formación y capacitación públicos y privados, transformen su oferta a una que responda a la demanda de habilidades de los mercados laborales actuales y futuros, y a las necesidades de los estudiantes de adquirirlas para su inserción laboral. Para esto, proponemos las siguientes recomendaciones:
- Garantizar el acceso a la tecnología, especialmente a las poblaciones históricamente excluidas.
- Experiencias personalizadas para los estudiantes: adquisición de credenciales acumulables que generen un expediente académico único y descentralizado, y caminos de carrera flexibles y educación con base en experiencia.
- Medidas de control de calidad a las ofertas en línea.
- Formación y preparación de docentes en habilidades digitales.