Qué hacer en entornos inciertos

El ser humano, por norma general, tiene una limitación, y es que piensa en términos lineales: ahora pasa esto, luego lo otro, después otra cosa más… Y no es así, porque ese razonamiento lineal sería cierto ceteris paribus el resto de variables, cosa que es irreal a todas luces porque la vida está cambiando continuamente y hay muchas variables que se nos escapan del análisis. No es casual que desde hace tiempo el mundo se haya venido a denominar VUCA. Ya lo estamos viendo durante las últimas semanas. Tras el anuncio y comienzo de la vacunación había una cierta euforia en la población, pero tras ello han venido noticias posteriores de cepas, variaciones del virus y otras cosas que irán surgiendo seguramente.

¿Qué hacer entonces? Algunas recomendaciones:

1. FLEXIBILIDAD ABSOLUTA.

Hay que estar mentalizados de que vamos a tener que cambiar muchas veces la forma de hacer las cosas respecto a lo que veníamos haciendo. Estancarse en tiempos pretéritos es morir. Ya lo decía Winston Churchill, presente en Aprendiendo de los mejores 3: «Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo». Lo dijo un líder en tiempos de guerra.

2. APRENDIZAJE CONTINUO.

Si la flexibilidad es clave, su hermano es el aprendizaje constante (learnability). Hay que tener una actitud de curiosidad intelectual permanente. La ‘perecitis’ no es una buena aliada en estos tiempos. Hay que bregar más duro porque son tiempos más duros. Además, ir un paso por delante del mercado suele dar ventajas.

3. LA VIDA COMO RETO.

Hay que enamorarse de los problemas, aunque suene raro, porque las dificultades van a estar presentes de manera sistemática y hay verlas en sentido positivo. Crecemos al nivel de las dificultades que encontramos por el camino. Los problemas vencidos son oportunidades ganadas. Crecimiento personal y comodidad son incompatibles. Gracias a la situación que vivimos se puede crecer mucho a nivel personal y profesional.

4. GRUPOS DE APOYO EMOCIONAL.

Los grupos de apoyo personales van a ser vitales para no venirse abajo cuando la tristeza, el desánimo y los bajones surjan, algo que siempre ocurre, porque en un entorno de tanta incertidumbre y que se dilata en el tiempo es fácil tener momentos de debilidad. Gracias a la tecnología podemos estar muy cerca de los demás y los demás cerca de nosotros. Aislarse pasa factura. Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida en media pena.

5. HUMILDAD COMO ESTILO DE VIDA.

El ego siempre es el enemigo −como escribe Ryan Holiday en su libro−, pero en un entorno de tanta volatilidad, lo es aún más. Hace unos días dejaba en mi cuenta de Instagram la siguiente reflexión: «En un entorno VUCA, la humildad es el rasgo de mayor inteligencia». ¿Y qué es humildad? Escuchar, preguntar, pedir ayuda, rodearse de gente mejor que uno, seguir estudiando… y mucho más.

6. ACTITUD POSITIVA.

Por muy difíciles que puedan ser las circunstancias, siempre existen alternativas, sólo es cuestión de encontrarlas. La creatividad es nuestra mayor aliada. Cuando confías (sintiendo de verdad que confías), la vida te ayuda. Lo contrario de la confianza, es la queja, las excusas, las lamentaciones, el vomitar contra todo y todos… Son muestras de falta de confianza en uno mismo, en los demás, en la vida, en todo.

7. EL TIEMPO NO VUELVE.

La realidad es la que es, no la que nos gustaría que fuese. Tú decides que haces entonces. Si no se puede viajar y tampoco se pueden hacer otras cosas, habrá que aprovechar ese tiempo para hacer otras cosas estimulantes, pero no podemos ‘dejar pasar el tiempo’, porque cada día y cada hora malgastados ya no vuelven y se paga caro. Pueden ser tiempos de sembrar mucho (sin ganancia) para luego recoger mucho (con ganancia) y disfrutar. Si no se hace así uno se lamentará más tarde seguramente.

Fuente: Global CFF



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