- 6 de julio de 2022
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Más allá de tener un currículum impresionante y de los conocimientos técnicos, hoy los empleadores buscan candidatos con un conjunto de habilidades muy completo.
Estos rasgos son algo más que un interés pasajero por un tema; indican tu compromiso por mantenerse al día, desarrollar aptitudes permanentes hacia el aprendizaje y una alta capacidad para trabajar y conectar con los demás.
Las habilidades blandas son cualidades como la competencia social, la inteligencia emocional y la autogestión. No son sólo un bien que hay que tener, sino que son esenciales para conseguir cualquier trabajo.
Si careces de estas habilidades, ni siquiera el currículum más prometedor ni las habilidades técnicas te conseguirán ese trabajo que anhelas. Afortunadamente, puedes reforzar tus atributos más débiles y obtenerlo. ¿Cómo lo lograrás? Sigue leyendo.
El origen del concepto soft skills
Era el año 1972. El mundo vivía la época saliente del hippismo, el flower-power abogando por la paz mundial, en medio de la guerra de Vietnam, que finalizó en 1975.
Un mundo convulsionado, donde se alzaba la juventud con su irreverencia y necesidad de cambios urgentes. El florecimiento del rock y del pop. La caída de muchos sistemas que venían de la era industrial. Sin dudas, un cambio de mentalidad.
En aquella época el ejército de los Estados Unidos había detectado que sus mejores tropas no eran las que mejor sabían usar sus maquinarias o dispositivos, sino las personas y equipos con habilidades transversales más desarrolladas.
Era notable la diferencia acerca de cómo mostraban resultados muy superiores cuando contaban con una muy buena comunicación, sentido de trabajo en equipo, sabían resolver conflictos, tenían un liderazgo y autoliderazgo maduro y asumían completamente su responsabilidad según sus roles.
Allí surgió el concepto de soft skills, habilidades blandas, como una forma de diferenciarlas de las “hard skills”.
Actualmente, las habilidades “hard” se consideran aquellas que prioritariamente se incorporan estudiando cualquier tipo de carrera, es decir, adquiriendo conocimientos.
El asunto es que el conocimiento no necesariamente lleva al aprendizaje, y, más profundo aún, al aprehendizaje, que es cuando trasvasas lo que te enseñaron a la práctica y lo experimentas cotidianamente.
Actualmente quienes generan empleo siguen brindando formación, aunque con mucho más énfasis en el aprehendizaje de las personas: la forma concreta en que ponen en acción su conocimiento. Si no se da este proceso de ejecutar lo aprendido cualquier persona puede estar muy limitada en conseguir trabajo.
Mucho más que blandas: conoce las “power skills”
Las habilidades blandas son cualidades como la competencia social, la inteligencia emocional y la autogestión.
Si careces de estas habilidades, ni siquiera el currículum más prometedor ni las habilidades técnicas te asegurarán que consigas ese trabajo. La buena noticia es que puedes trabajar en desarrollarlas y convertirlas en nuevas fortalezas.
Considero que llamarlas “blandas” sugiere que se piense que son débiles o de menor valía que las habilidades duras. Nada más lejos de la realidad. Para que quede claro: el conocimiento técnico ya no es suficiente en ningún tipo de actividad.
Tengo la ocasión de trabajar con grandes empresas internacionales junto a sus equipos, y hasta en la tarea más repetitiva de un proceso industrial es requerido un máximo desarrollo de las habilidades sociales.
A este conjunto de competencias esenciales más recientemente se las ha bautizado como “Power Skills”, que son aquellas que realmente forman el pilar de tu talento personal y profesional. Su denominación se atribuye al presidente de la Universidad de Dartmouth, Philip Hanlon.
Estas habilidades poderosas van cambiando, dependiendo de los perfiles de puestos laborales. Por ejemplo, no serán las mismas para un técnico operando una planta, que para un profesional de ventas en contacto directo con el público.
Las 5 power skills que sí o sí necesitas tener
Para posicionarte en un siguiente nivel en tu desarrollo de carrera, ya sea donde trabajas actualmente, o en una búsqueda, e incluso en tu propio negocio, estas son las 5 habilidades poderosas más demandadas y transversales a cualquier tipo de actividad:
1 – Saber comunicarte con eficacia y trabajar en equipo
Más allá de que trabajes en forma presencial, virtual o híbrida, necesitas saber cómo conectar con las demás personas con alta eficacia, integrarte con facilidad a equipos diversos, y transmitir tus ideas con claridad, enfoque y precisión.
Aunque parezca que sólo hablar, enviar un correo, expresar unas palabras por mensajería de texto o audio, o completar un reporte sería suficiente, ya no lo es.
Actualmente este primer conjunto de competencias poderosas incluye el saber negociar cualquier asunto, vender interna y externamente (aunque no seas del área comercial), tener empatía y una personalidad que cuadre con los equipos con los que interactúes.
Herramientas prácticas para desarrollarlas que dependen de ti: puedes tomar cursos y entrenarte en cómo hablar en público, mejorar tu escritura, competencias de manejo de programas de presentaciones y reportes, y trabajar esencialmente en tu inteligencia emocional, que incluye la relación contigo y con los demás.
2 – Flexibilidad y adaptación rápida
Cada vez el trabajo se transforma más rápidamente, por lo que prácticamente ya no existen los trabajos para toda la vida. Así las cosas, tu potencial de ser flexible ante los cambios y a seguir adelante pese a la incertidumbre es una de las mayores competencias que se buscan.
Para integrar este cariz en tu vida sugiero que trabajes en tus modelos mentales, creencias y paradigmas. Son estos aspectos los que definen tu visión del mundo, según tu particular forma de verlo. Cuando empiezas a concientizarte sobre la variedad de visiones, opciones y percepciones, es que te vuelves más flexible, y con menos resistencia al cambio.
¿Cómo lograrlo? Te sugiero participar de seminarios de desarrollo personal y profesional, hacer networking conociendo personas muy diferentes a ti, y socializar aunque sea en forma virtual con colegas que opinen distinto a ti, junto con psicoterapia y coaching profesional. Así empezarás a ampliar tu mente para moldearla a una forma más flexible.
3 – Liderazgo de tus responsabilidades y gestión proactiva
Muchas veces las personas creen que el liderazgo requiere de un puesto alto o un cargo prominente. Nada más errado: todos podemos ser líderes del espacio que llevamos adelante en el trabajo, cada persona en su rol.
La capacidad de auto liderar y comandar tus responsabilidades diarias, reportando resultados medibles, concretos, tangibles dentro de los planes que tiene tu lugar de desempeño, implica que necesitas ser ágil, tener proactividad y compromiso para alcanzar los resultados.
Si tienes personas a cargo es importante que muestres tus habilidades de liderazgo a través de crear un ambiente de confianza, integración y cuidado; de estimular y motivar permanentemente; de poseer una comunicación clara, directa y honesta; de saber delegar con alta efectividad, y de entusiasmar la energía positiva como si fueses un dínamo que motoriza a tu gente.
Sugiero que revises si tienes un liderazgo vertical al estilo de los antiguos jefes, u horizontal, que es lo que te recomiendo, donde cada voz es escuchada en espacios donde se participa y cada uno siente que hay un propósito por el que hacen lo que hacen.
Para lograrlo es importante que observes de qué forma te desempeñas en tu actividad: pasivamente, es decir, haces lo mínimo indispensable; por ejemplo, no tomas decisiones por menores que sean, no te integras ni compartes, ni mucho menos propones ideas para mejorar. O bien trabajas siempre proactivamente, que es exactamente todo lo contrario.
También puedes entrenar las competencias del buen liderazgo proponiéndote un programa individual de mejora a través de videos, podcast, lecturas, y buscando un mentoreo por alguna persona que ya tenga una experiencia parecida a la que tú quieres alcanzar.
4 – Resolver problemas en el menor tiempo y costo posible
Los nuevos retos aparecen constantemente, y la mentalidad fija no contribuirá a que puedas asumir los problemas, hacerte cargo y resolverlos con mayor efectividad.
Hoy se buscan personas de acción. Por eso no es extraño que en la lista acerca de cómo será el trabajo del futuro el Foro Económico Mundial indica que esta power skill es fundamental, mucho más que antes. Al 2022 el dato dice que el 36% de los trabajos de cualquier industria y país requieren que la tengas desarrollada.
Para mejorar tu capacidad de resolverlos puedes tomar cursos de negociación, de mediación en conflictos, y coaching ejecutivo profesional para desplegar tus posibilidades de visualizar alternativas. Sobre todo, sugiero enfocar toda tu mente y esfuerzo en la búsqueda de soluciones, en vez de quedarte en el bucle negativo de sólo analizar los problemas -porque esto te llevará a la parálisis por análisis-.
5 – Planificación eficaz y gestión del tiempo
La planificación eficaz puede compararse con una brújula que te guía a través de la incertidumbre. Ya sea un viaje de negocios, un proyecto en el trabajo o la rotación de personal habrá momentos en los que no tendrás seguridad de adónde ir o qué hacer.
Cuando no estás seguro, es esencial que tengas un plan. No puedes esperar saber exactamente lo que vas a hacer, pero sí puedes planificar un curso de acción general.
La planificación eficaz es esencial para cualquier trabajo. Puede servir para determinar la forma más efectiva de realizar una tarea o completar un proyecto. También puede utilizarse para determinar la mejor forma de comunicarte con los demás o la vía más directa para alcanzar un objetivo.
Al mismo tiempo, ser altamente diligentes en la organización del tiempo es fundamental debido a que cada vez hay mayor demanda de tareas, plazos de entrega, y más complejidad y aspectos para considerar.
Si no gestionas bien este bien no renovable, puede ser que llegues a experimentar un alto estrés e incluso caer en el síndrome de Burnout -del quemado-, cuando has alcanzado un límite que involucra seriamente tu salud.
Fuente: Forbes