Transforma tu organización: 5 claves para un Rightsizing exitoso

Las empresas no suelen plantearse modificaciones sensibles en épocas de bonanza, pero las cosas cambian cuando las cifras no acompañan.

En estos escenarios, es frecuente que se tomen ciertas decisiones fruto del miedo o la prudencia para diseñar un modelo de negocio más eficaz. Independientemente de los resultados obtenidos, la reorganización de una empresa debe responder a criterios racionales.

Estrategia de reorganización de una empresa

Es común que las empresas decidan emprender acciones correctivas de reestructuración cuando los resultados obtenidos no coincidan con los deseados. Sin embargo, esperar a que las métricas elegidas constaten el mal momento que se esté atravesando puede conllevar que las modificaciones lleguen demasiado tarde (una vez que “el daño está hecho”).

Factores cotidianos que pueden dar a entender que es necesario un cambio

  • Hay empleados que no conocen la función de otros departamentos o áreas.
  • La plantilla tarda demasiado tiempo en completar tareas.
  • Los trabajadores se quejan de que les falta información para hacer su trabajo.
  • El sistema de control interno no es eficiente.
  • Los empleados no cuentan con formación suficiente para realizar sus funciones.
  • La complejidad de los procesos internos obstaculiza la productividad.

Por ello, en Human se recomienda que la reorganización productiva de la empresa se ponga en marcha de forma preventiva y no con ánimo correctivo. Cuanto antes se acometa la reorganización empresarial, antes comenzarán a mejorar los resultados.

Puntos clave para la reorganización productiva de una empresa

Fijar metas en un timing concreto

La reorganización de las empresas no puede llevarse a cabo de manera efectiva sin establecer claramente los plazos y los objetivos. En numerosas ocasiones, las discusiones sobre cómo reestructurar una empresa de forma interna quedan sin resolverse, en el aire, o carecen de estructura, como si se tratase meramente de una declaración de intenciones, sin un plan claro para su implementación.

Para evitar que esto suceda, es crucial establecer un plan de viabilidad detallado. Este plan debe contar con un cronograma definido que permita un seguimiento de las diversas etapas del proceso de reorganización de una empresa. De igual forma, es importante tener una lista de tareas bien estructurada y organizada que defina con precisión las actividades que deben realizarse y el orden en el que deben hacerse para lograr la reorganización de la empresa.

Poner al cliente en el centro

No debería ser necesario esperar a que las cifras de ventas decaigan para intentar atraer clientes nuevos. Es muy recomendable no dejar nunca de otear el mercado y seguir llamando la atención de compradores potenciales. En paralelo, es importante centrar la atención comercial en los clientes actuales más rentables o, en su defecto, que mayor volumen de negocio estén generando.

Reducción de costes

Esta es la primera medida que todo empresario o directivo acomete cuando el negocio no marcha como debería. El problema es que suele traducirse exclusivamente en recortar el tamaño de la plantilla, algo que podría desembocar en un servicio de peor calidad.

El control de costes no siempre debe abordarse desde esta perspectiva, sino de la de mejorar la eficiencia productiva de los empleados, es decir, optimizar su rendimiento, dotándoles de mejores herramientas e implantando procedimientos más eficaces.

Rentabilidad en las operaciones

Muchas veces se tiende a creer que lo que se debe hacer en épocas de crisis es vender más, lo que puede llevar a querer incrementar las cifras de facturación a toda costa. Esta estrategia, por muy lógica que pueda parecer, encierra el problema potencial de la falta de rentabilidad, es decir, que el coste de la venta no deje a la empresa un margen suficiente de beneficio.

Por lo tanto, conviene pensárselo dos veces antes de cerrar una operación cuya rentabilidad esté por debajo de un umbral mínimo que será necesario definir en los indicadores de productividad. No queremos decir que se deban suprimir estas prácticas, pero sí que no se adopten indiscriminadamente.

Fluidez en la comunicación interna

La necesidad de reorganización productiva de la empresa podría surgir si se detecta una mala comunicación entre departamentos de la empresa, así como de una abundancia de malentendidos entre los empleados y sus superiores. Esto último es normal cuando los mandos intermedios no ejercen un liderazgo efectivo sobre sus equipos.



Deja una respuesta